Veterinarios: Competitividad del pasto aguja (B. humidicola) con otras espe
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Banco genético de EMBRAPA.
El Banco genético de semillas, ya era el más grande de América Latina.
Situado en Brasilia / DF. Puede ser comparado con el Arca de Noé y tiene una característica importante: es la primera vez en Brasil, que la investigación de los recursos genéticos de plantas, animales y micro-organismos se reunieron en un solo espacio.
El país es rico en recursos genéticos y la biodiversidad comprende el 20% de todas las especies de plantas, animales y micro-organismos en el planeta, que es la herencia biológica más grande del mundo.
El banco de semillas genética ya era el más grande de Latinoamérica, con más de 120.000 muestras de semillas de cerca de 670 especies. Ahora, el espacio se expande y la capacidad de almacenamiento de las semillas sube a 750 000 muestras, de las cuales las más importantes, son para la comida.
Además de cámara frigorífica, el nuevo edificio albergará también otras formas de conservación de las plantas fuera de su lugar de origen, que se llama la conservación ex-situ científicamente. Estas formas incluyen conservación in-vitro y criopreservación, y se utilizan para las especies cuyas semillas no pueden soportar las bajas temperaturas y la humedad, y para las que se propagan por esquejes.
También poseen en los nuevos bancos de conservación, edificio de semen, embriones, tejidos y ADN. La conservación y el uso sostenible de los recursos genéticos de los animales es una de las prioridades de Embrapa Recursos Genéticos y Biotecnología desde los años 80. Razas de animales domésticos de las cuales, se les mantienen los intereses agropecuarios en Brasil desde hace siglos, muchos desde la época de la colonización. Estas razas tienen características de rusticidad y adaptabilidad adquiridos a través del tiempo, como la resistencia a enfermedades y estrés climático.
En existencia son las colecciones de microorganismos de especies con potencial para el control biológico de plagas de insectos y vectores de enfermedades; multifuncionales con importancia biotecnológica en la agricultura; patógeno capaz de causar enfermedades en diferentes cultivos de importancia económica.
El conocimiento y la conservación de estos recursos son esenciales para garantizar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria de la población, por lo que muchas instituciones brasileñas, incluidas las unidades de Embrapa, empresas estatales, universidades y otros han estado invirtiendo en el desarrollo de la investigación y las acciones para garantizar la conservación y el uso adecuado de los recursos genéticos.

El cambio climático y la capacidad de adaptar los sistemas de producción ganadera
El sistema de producción animal, el cambio climático y la sanidad animal están evidentemente relacionados entre sí.
Las altas temperaturas que se han registraron durante la época de verano han afectado seriamente la producción agrícola y ganadera.
Los distintos sistemas de producción animal influyen sobre el cambio climático (Emisión de gases, contaminación ambiental, etc.). Por su parte, el cambio climático influye sobre la ganadería al afectar las condiciones en que se desarrolla la actividad: la producción de forraje y la salud animal y los impactos sobre la totalidad del sistema productivo están siendo cada vez más notorios.
Se ha podido observar, en el último tiempo, una mayor posibilidad de inundaciones y eventos de sequía debido al espaciamiento entre los episodios de lluvia. Es decir que llueve todo junto, se producen inundaciones y sobreviniendo luego períodos sin lluvias que se convierten en largos periodos de sequía. En este marco, las actividades de producción animal se verán afectadas debido a que del clima depende, en gran medida, el porcentaje de preñez, el desarrollo adecuado de los terneros y la sanidad de los hatos.
Estos cambios también modifican la calidad y la cantidad de alimentos disponibles, los requerimientos de agua, la energía y su uso. Los animales hacen frente a las condiciones climáticas mediante la modificación de mecanismos fisiológicos y de su comportamiento para mantener, entre otras cosas, su temperatura corporal dentro de los rangos normales. Como consecuencia, se producen alteraciones en el consumo de alimento, comportamiento y productividad. Estos cambios se acentúan bajo condiciones extremas de frío o calor, implicando drásticas reducciones en los índices productivos, tales como tasa de ganancia de peso, actividad reproductiva y producción diaria de leche.
Como se evidencia, la interacción entre animales y medioambiente es compleja y aún falta mucho desarrollo en el estudio de los efectos que el clima tiene sobre la salud y desempeño productivo de los animales. Hay que remarcar que el cambio climático no solo afecta a la producción, sino que principalmente puede afectar la salud de los animales por la emergencia de nuevas enfermedades infecciosas, muchas de ellas transmitidas por vectores dependientes de esos cambios en el ambiente. La Organización Mundial de Sanidad Animal OIE) manifiesta que la producción animal es un componente importante de la seguridad alimentaria porque a partir de ella se obtiene leche, huevos, carne y subproductos, que «son parte inherente de cualquier política mundial de seguridad alimentaria. Además, la demanda mundial de estos productos es elevada y tiende a crecer sustancialmente con el aumento de la población y de los ingresos medios por persona».
Según la OIE la diferencia está en «distinguir entre una producción animal con buenas prácticas y criterios de sustentabilidad ambiental, que genera beneficios múltiples, y una producción animal que contamina las aguas, degrada los suelos, deforesta y erosiona la biodiversidad. Avanzar hacia una ganadería sustentable, que optimice los sistemas, sería pues una respuesta más inteligente que reducir la producción y el consumo de carnes».
Las respuestas a estos desafíos implican, necesariamente, desarrollar la capacidad adaptativa, no sólo de los agro-ecosistemas sino también de las instituciones. Adaptarse es buscar medidas para reducir los riesgos asociados al clima a la vez de plantear sistemas productivos que permitan incrementar la producción y que sean ambientalmente sostenibles a través de los años. La generación de políticas y estrategias regionales de prevención de enfermedades es necesaria para avanzar en los estudios sobre cambio climático y la aparición de enfermedades.
La situación actual de la ganadería demanda la necesidad de trabajar para generar y tomar conciencia, involucrar a todos los actores de nuestra sociedad y una fuerte decisión política por parte de los gobiernos. Estas decisiones deben implicar la investigación, la formulación y el debate, junto con los profesionales, de políticas ganaderas nacionales que busquen la creación de un ambiente favorable para la actividad, que generen una discusión que permita revisar y crear nuevas reglas para normar la producción animal y el procesamiento.
Hay mucho por hacer. Estar preparados y prevenir no solo implica ventajas económicas, sino también ambientales y sociales. Es la forma de anticipar el impacto de los cambios climáticos y minimizar las amenazas a los ecosistemas, la salud humana y animal.

Integración ASP
A produção no campo está ficando cada vez mais integrada. O quadro Rebanho Gordo, do Jornal da Pecuária, desta quinta, dia 6, mostra o sistema silvipastoril que o médico veterinário e produtor rural Antônio Campos implantou na sua propriedade no município de Morrinhos, no sul de Goiás. Ele combinou o plantio de teca e a criação de gado em uma mesma área e ele viu o rendimento por hectare o mesmo.
A integração aconteceu sem planejamento e os resultados acabaram agradando o pecuarista. Campos começou a plantação de teca, árvore natural da Ásia, valiosa para a produção de móveis, aos poucos, em 1996, em menos de dois hectares. Ele foi aumentando e hoje já são 60 hectares, 40% de toda a propriedade.
Para implantar o sistema, Campos investiu cerca de R$ 2,5 mil por hectare. O ponto ideal de corte, para serraria, é quando o tronco passa dos 40 centímetros de diâmetro. A árvore demanda manejo simples, requer apenas controle de formigas e retirada anual dos galhos indesejados, chamada de desrama, para direcionar o crescimento.
Por hectare são plantadas 830 mudas, mas, no fim do ciclo, depois dos desbastes necessários para que as melhores engrossem, ficam no máximo 300 árvores por hectare. Esses descartes geram renda ao longo do período. Pela madeira mais fina, o mercado paga, atualmente, R$ 900 pelo metro cúbico.
A teimosia de algumas vacas, que insistiam em entrar para pastar no meio das árvores, fez com que Campos percebesse que a combinação de gado, árvore e pasto no mesmo espaço e ao mesmo tempo não era um problema. Muito pelo contrário, ele viu o rendimento por área aumentar. Respeitando a idade das mudas e dos animais que vão entrar para pastar, as perdas não passam de 2%.
Mesmo sem o espaçamento ideal para o pastejo, o capim se desenvolve bem no meio das árvores. Campos acredita que a desrama e o fato da teca perder as folhas, no período da seca, compensam a alta densidade de árvores.
De acordo com Campos, o ideal para evitar quebra de árvores, enquanto novas, é colocar bezerras desmamadas. Com esse cuidado, já a partir do oitavo mês depois do plantio das mudas, o gado pode começar a pastejar.
Apesar dos 60 hectares plantados, a taxa de lotação continua a mesma que ele tinha antes do plantio da floresta. Ele gostou tanto do sistema silvipastoril que a partir de agora, as próximas áreas serão plantadas com espaçamento maior. Tudo para melhorar ainda mais a integração com o gado.

Integración SISTEMAS ASP
El dueño de la finca Santa Fe, en Sitio Mata de Turrialba, inició comprando 40 vientres activos y su trabajo le permitió duplicar en un año esta cantidad para comercializarlos. Además, su propiedad está a punto de ser certificada como carbono neutral.
Esquema se refuerza
El caso de Rivera es un ejemplo de cómo el concepto de ganadería sostenible se fortalece y sus beneficios florecen en un sector que viene de un periodo de vacas flacas. .
Se trata de un sector con prácticas tradicionales, pero en el que cada vez encuentra más asidero el modelo sostenible.
En esto coinciden Claudia Sepúlveda, Cristóbal Villanueva y Andreas Jenet, investigadores del Programa de Ganadería y Manejo del Medio Ambiente del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), así como Marco Fallas, coordinador del área de competitividad de Corporación de Fomento Ganadero (Corfoga).
“Definitivamente la actividad ganadera bajo un esquema de sostenibilidad está tomando un realce, primero por la conciencia que está tomando el ganadero de producir amigablemente, es más eficiente y ayuda a aumentar la productividad generando mayores ganancias”, comentó Fallas.
Sepúlveda por su parte resaltó que el modelo tomó más fuerza desde que el país lanzó la política de ser carbono neutral al 2021.
Para Villanueva, Costa Rica es uno de los países pioneros y con un avance importante en el desarrollo de ganadería sostenible en la región centroamericana. “Si revisamos las políticas de gobierno a través de instituciones públicas y el sector privado, se nota el interés por promoverlo”.
Evolución en camino
Según la más reciente Encuesta Ganadera Nacional (2012) de Corfoga, en Costa Rica existe un total de 1.863.657 hectáreas (ha) destinadas a la ganadería y se producen 0,77 cabezas de animales por cada una.
Por primera vez en Costa Rica, en ese estudio se registró el terreno silvopastoril como parte de la división de tipo de tierras, el cual cumple con la integración total de recursos necesarios para llevar a cabo una práctica sostenible, con un total de 78.688 ha.
Según Corfoga, los productores que logran implementar el arreglo silvopatoril en su finca pueden pasar de manejar menos de un animal (en ganadería tradicional) hasta tres o cinco cabezas por hectárea, en tres años tras iniciar con el manejo sostenible.
Los expertos explicaron que en un sistema tradicional hay un agotamiento mayor de recursos por exceso de animales mal ubicados, pasturas que no lo pueden soportar, lo que genera niveles de compactación mayores y el sistema va reduciendo su capacidad productiva.
Inversión con retorno
Para comenzar a trabajar con un sistema silvipastoril, se requiere de una reingeniería de la finca y de una inversión inicial, pero que da más frutos.
“Cambiar de un sistemas tradicional a un sistema más sostenible necesita una inversión sustancial y un gran esfuerzo. Muchos productores tradicionales están esperando políticas que favorezcan esta transición con ayuda de créditos o incentivos. El sector privado tiene sus mecanismos, como por ejemplo los sistemas de certificación, pero se debe fortalecer la cultura en la gente de comprar este tipo de productos sostenibles”, comentó Jenet.
Rivera manifestó que más que una inversión de dinero, lo que se necesita para que el modelo sostenible sea exitoso es una cultura de conciencia, y un arte en el manejo de buenas prácticas en toda la finca y su personal.
Los principales cambios que se deben realizar en una finca tradicional dependerán de su estado actual, pero básicamente se debe analizar cómo están las pasturas, para incorporar mejoras de ser necesario.
Los especialistas explicaron que no es necesario expandir más la finca, sino iniciar una protección de todos sus recursos como el agua (las áreas de ríos y nacientes) así como reutilizar recursos, como el excremento de vaca como fertilizante o abono.
De esta manera, aunque todavía la ganadería sostenible está dando pasos incipientes, se convierte en una importante baza para la mejora de un sector que del 2007 al 2010 no logró que los precios crecieran, aunque del 2011 al 2013 logró un crecimiento.
Así lo muestra el comportamiento de la venta donde el precio del canal caliente (carne o partes del animal mejor pagadas) que se sostiene de manera importante en el mercado.